Un equipo de biólogos de la Universidad del Sur de California acaba de obtener una
levadura que puede vivir hasta
800 años, multiplicando
por diez su esperanza de vida, sin efectos secundarios aparentes. La fórmula del éxito ha sido una combinación de
cambios genéticos y dietéticos, según asegura el gerontólogo
Valter Longo en un artículo que se publicará en el próximo número de la revista PLOS
Genetics.
Longo, que en 2005 ya consiguió desarrollar organismos que vivían seis
veces más de lo normal, afirma que si se obliga a las células a alcanzar
un estado “de
extrema supervivencia”, reduciendo el
acceso a los alimentos, los organismos se hacen más fuertes y son
capaces de reparar los defectos genéticos que aparecen con la edad.
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