El pequeño dispositivo, llamado simplemente CLD (Contact Lens Display, «Pantalla de Lentes de Contacto») consiste en varias capas de varios nanómetros de grosor situadas en el interior de la lentilla. Entre ellas hay una capa de cristal líquido, los filtros polarizadores que permiten formar los píxeles (similares a los de las calculadoras y las gafas 3-D) y un finísimo chip controlador para organizar los píxeles en letras o signos.
El estado de estas lentillas es todavía un tanto rudimentario, pero sus posibilidades ya se están dejando entrever. Por un lado están las aplicaciones «de fuera hacia dentro» que tienen que ver con lo que se ve en ellas desde el exterior; por otro las de «dentro hacia afuera» que es lo que ve en las CLD la persona que las lleva puestas.
Los cristales polarizadores pueden servir, por ejemplo a modo de gafas de sol: el chip puede detectar las condiciones lumínicas del entorno y ajustar los filtros para dejar entrar más o menos luz. También pueden tener un efecto puramente cosmético: las personas con ojos de dos colores ligeramente distintos podrían igualarlos fácilmente. Las CLD permitirían de este modo «colorear» los iris de los ojos más o menos como las lentillas de color actuales. También se pueden usar como gadget divertido, mostrando signos en la pantalla según las situaciones.
Vía | RTVE