Cuentan los investigadores que todos los perros tratados habían sufrido lesiones en la médula espinal como consecuencia de accidentes o problemas de espalda al menos un año antes del estudio. Ninguno de ellos podía hacer uso de sus patas traseras para caminar o sentir sensación alguna.
Para el estudio, los perros tenían células olfativas envainadas (OECs) tomadas del hocico, inyectando en la médula espinal un cultivo de células procedentes de las membranas de mucosas de su hocico. Estas células, que se encuentran en la parte posterior de la cavidad nasal, son la única parte del cuerpo donde las fibras nerviosas continúan creciendo en la edad adulta. De hecho, el potencial de estas células para ayudar en la reparación de la médula espinal se sabe desde hace décadas, incluso se han llevado a cabo estudios anteriores con ratones que indicaban que las células tenían un potencial regenerador potente.
Los científicos explicaron que varias semanas después de la extracción inicial, las células fueron inyectadas en la parte lesionada de la espalda de los perros para ayudar a regenerar el daño hecho a su columna vertebral. Tras un mes, se ensayaron a los perros para determinar la función neurológica y su capacidad para caminar.
Vía | Alt 1040
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